La Conciergerie se encuentra en el corazón de la ciudad y en el de la historia de Francia. Este edificio, vestigio medieval del palacio de la Cité, está junto a la Sainte-Chapelle y fue la primera residencia de los reyes de Francia. Más tarde, pasó a ser una prisión y, durante la Revolución Francesa, la «antecámara de la guillotina».

Las primeras piedras del palacio de la Cité, que formaban parte del muro defensivo que rodeaba la isla, datan del año 306. Dada su importancia estratégica, se fortificó. Los primeros reyes francos se instalaron en esta parte conocida como el «pallatium».

En el siglo XV, la zona del palacio que es hoy La Conciergerie comenzó a utilizarse como prisión. Permite visitar la sala de guardia, las cocinas, el gran pasillo conocido como «La rue de Paris», la sala aseo en la que se preparaba a los condenados a la guillotina o las suntuosas estancias góticas que dan paso a las celdas espartanas de los prisioneros, como la de María Antonieta. Durante la Revolución, la administración judicial tomó posesión del palacio y se instaló en lo que se ha convertido en el actual Palacio de Justicia, al que se accede por el paseo des Orfèvres.