Este antiguo terreno de caza de los soberanos franceses se ha convertido rápidamente en el lugar perfecto para disfrutar del aire libre. Reúne espacios naturales y otros acondicionados, lagos, parques y zonas de juegos.

El bosque recibe su nombre de la capilla que mandó construir en él Felipe IV siguiendo el modelo de la iglesia de Boulogne-sur-Mer. Tras su destrucción durante la Revolución, fue rediseñado por orden de Napoleón III y adornado con pabellones, quioscos, restaurantes y parques. A lo largo de las avenidas hípicas, las sendas para bicicletas y sus numerosos senderos para patinadores irá descubriendo todo tipo de curiosidades. También puede disfrutar de un paseo en barco por sus lagos. Los fines de semana encontrará numerosos corredores y a una gran cantidad de jugadores abarrotando los campos de fútbol.

Si viaja con niños, no se pierda las atracciones y el zoológico del Jardín de Aclimatación. Otra de las actividades imprescindibles son los paseos en poni. El parque de Bagatelle y el jardín de las Serres d’Auteuil son un paraíso para los amantes de las flores. Acérquese a conocer el impresionante decorado vegetal del jardín de Shakespeare.