La Ciudad de la Cerámica de Sèvres, verdadero centro vivo de la artesanía con fuego, nació de la agrupación de la Manufactura Nacional de Sèvres y del museo Nacional de la Cerámica, a los que se unió dos años más tarde el museo de la Porcelana Adrien-Dubouché de Limoges. Hoy, la Ciudad de la Cerámica de Sèvres y Limoges cuenta la historia que comenzó Madame de Pompadour en 1740, fecha en la que la favorita del rey hizo abrir en Vincennes un taller de porcelana fina que se trasladó dieciséis años más tarde a Sèvres.

Esta institución presenta a los visitantes piezas de distintas épocas y países y de todo tipo de técnicas artesanales (como las utilizadas para confeccionar terracota, azulejos, gres o esmalte). Tras el vestíbulo de entrada se puede continuar la visita siguiendo itinerarios temáticos, como el de cerámica antigua, alfarería barnizada o cerámica asiática. Además, organiza talleres prácticos para aficionados y conferencias. Y no podemos olvidar que cuenta con 130 ceramistas que trabajan en 27 talleres perpetuando un saber hacer ancestral.